Un bicentenario con muchos siglos de historia

El 25 de Mayo de 1810 se formó una junta de gobierno en Buenos Aires, que anunció que estas tierras ya no estarían sujetas al gobierno de los reyes europeos. Así empezó un proceso de organización como nuevo país. Finalmente en 1816 se declaró la independencia.

Pero en este proceso de organizar un nuevo país, no se tuvo en cuenta a los Pueblos Originarios que habitaban estos territorios. Y años mas tarde (alrededor de 1880), cuando el país comenzó a afirmarse como Estado Argentino, empezó una cruel guerra contra los pueblos indígenas que aún se mantenían libres.

Lamentablemente el nuevo país no respetó a los Pueblos Indígenas que caminaban estas tierras antes de su nacimiento. Fueron miles y miles las mujeres y hombres muertos y asesinados. Esas muertes se llaman genocidio. Inclusive hoy sigue estando la mentalidad colonial y el racismo en los sentimientos y en las actitudes de nuestros compatriotas.

Recién en los últimos 20 años se comenzó a reconocer algunos derechos de los Pueblos Originarios, gracias a la lucha de muchos hermanos aborígenes. En 1994 se logró la reforma constitucional que reconoce los derechos de los Pueblos en Argentina.

Pero queda mucho por trabajar para lograr que estos derechos se puedan hacer realidad en la vida diaria de los indígenas, y para que podamos construir en serio un país donde se respeten todas las culturas. “Hoy, los pueblos indígenas están amenazados en su existencia física, cultural y espiritual. Sufren graves ataques a su identidad. Algunas comunidades indígenas se encuentran fuera de sus tierras porque éstas han sido invadidas y degradadas, o no tienen tierras suficientes para desarrollar sus culturas. La migración, forzada por la pobreza, está influyendo profundamente en el cambio de costumbres, de relaciones e incluso de religión”. (DA 90)

El bicentenario es una oportunidad y un desafío a escuchar y a reconocer la otra historia, para esto los no indígena deberán escuchar con respeto y corazón abierto. Entre todos hagamos un país basado en el verdadero respeto, igualdad y dignidad. Construyamos un verdadero estado plurinacional y democrático donde los pueblos sean los verdaderos protagonistas de la real independencia de cualquier proyecto usurpador de sus identidades. Sólo así con esta actitud podremos celebrar. Sentimos que este es el deseo y llamado de nuestro Dios.

Como ha expresado el Mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina: “Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social. Estar a la altura de este desafío histórico, depende de cada uno de los argentinos. «La gran deuda de los argentinos es la deuda social”.

Creemos que una nueva relación es posible a partir del reconocimiento de los derechos propios de los pueblos originarios, de una decidida acción de los estados favoreciendo la implementación y aplicación de los derechos, una voluntad política de asumir con compromiso la existencia de los pueblos originarios y su idiosincrasia. Sin ellos, no somos Argentina.

Todos juntos, podemos hacer de esta bendita tierra una gran Nación justa y solidaria, abierta a las diversas culturas.

Que María del Lujan nos tome de sus manos; nos haga sentir que todos tenemos un lugar y somos reconocidos hijos en igualdad de condiciones.


Pbro. Silvio Gauna
Delegado de la Pastoral Aborigen

Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen
Rosario

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